lunes, 31 de mayo de 2010

Juego de realidad y fantasía.


Se escucha la calma de una respiración. La respiración del bosque, cuya garganta expulsa la suave brisa remando cada hoja que compone su espesura. Ese es el sonido...
El sonido del roce de las sábanas que cubren la piel en un acto de atrevimiento, las aspas del ventilador expulsando malhumorado el aire, el aparente absurdo latido de un codiciado corazón.

Y mientras los pulmones vuelven a renacer en su intermitente muerte se cuela el dulzón olor a hierba mojada. El rocío culminó su labor durante toda la madrugada tropezando en ella, aparentando ser un simple accidente, un pequeño descuido, como el roce de dos bocas o de una mirada tonta. Ese es el olor...
El olor a tabaco por la mañana dibujando breves surcos frente tu hambrienta mirada, el olor a un perfume inevitablemente conocido... da igual que aborde otro cuello. Su imagen se escapa y se introduce en tu recuerdo.

Al alzar la vista los arboles compusieron su propio cielo, creando una bóveda en constante cambio... continuamente dinámica con el impulso del viento. La luz se cuela entre ellos, traviesa, risueña, extrovertida, ilusionada, y propaga su propio suelo. Creando en él a su antojo extraños mosaicos al postrarse la claridad y la sombra. Esta se tiende en las hojas más rezagadas, mancillándolas, cubriéndolas del frío tacto de la ansiedad... donde el brillo del Sol no logra alcanzar.

Mas si se presta un poco de atención, se guarda calma y silencio, se oye desde algún lugar con cierta lejanía el tintineo esperanzador del agua brotando de un riachuelo, ahí donde centenares de destellos se tienden en ella. Así, con ese pequeño murmullo, hasta la oruga más débil emprende su camino, y en su mente la esperanza de lograr su crisálida. El final de esta, la oruga, otorgará un nuevo principio... el de la mariposa.

Hasta el más bello rosal tiene sus espinas, mas estas no son clavadas en las manos de otro; el dolor aflige y arquea la espalda, y estas son alojadas en su propio pecho.

3 comentarios:

  1. Quizás sea éste el bosque más frondoso de todos... Se de un intrépido scout que se quiso adentrar en él. Le picaron mil insectos, ingirió infinidad de frutos venenosos, murió de sed... y no se fue... la magia del lugar le obligaba a quedarse... el bosque sabio supo dar antídoto a los venenos, el sonido de río le calmó la sed, y decidió dormir allí...

    Me contó que en la noche... cuando apenas se distinguen siluetas, puedes comprobar la verdad. Oyó un tímido sollozo un tímido llanto...

    Ahora el scout tiene una pequeña casita de madera en el bosque... no conoce porque este bosque llora, porque clavas sus propias espinas en su pecho... solo espera que el tiempo le enseñe a escuchar a los árboles, y ellos le cuenten el mal del busque...

    Mientras allá agua en el río...

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  2. Aún desconozco qué te hizo querer adentrarte en él y qué hace que quieras permanecer ahí. No me lo explico...
    Un bonito jardín cuidado y simple siempre es más atractivo que un bosque dejado de la mano de Dios.
    A los bosques no les puedes cortar la hierba, ni siquiera regarla... no puedes cuidar sus plantas... son salvajes(?¿) supongo que esa es la palabra... son libres, no se controlan.Y aún así tu permaneces en él, sabiendo que un jardín siempre será más cómodo y bonito. Qué curioso...

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  3. Los jardines bonitos y fáciles de atravesar son aburridos. Nunca se hayaría nada nuevo en su interior; todo permanece al descubierto, a la vista de todos. Por eso los bosques enmarañados y de difícil acceso son los que invitan a quedarse para seguir descubriendo lo que aguardan en su interior.

    No cuestiones el por qué.. sólo procura que las noches no sean demasiado frías ni que las sombras sentencien esta bonita travesía =).

    Uvitah (LL)

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