jueves, 7 de abril de 2011

Status quo: resucitando para morir


Las crisis están sujetas a una situación insostenible desbordada cuya consecuencia más próxima es la revolución, un conjunto de protestas y reivindicaciones de gran intensidad donde frecuentemente aparecen reacciones violentas por ambos bandos, el protestante y la represión, desencadenando normalmente la mejora. Dicho de otra forma, la tesis y la antítesis se enfrentan hasta dar forma a la síntesis.


No obstante, este fenómeno no es tan solo ocasionado por un grupo social subordinado bajo otro, sino además puede tratarse de algo individual e íntimo basado en sentimientos y deseos reprimidos y ahogado por un status quo que actúa como el peor déspota. Así pues el ser humano pierde toda humanidad social y racional para convertirse en un animal salvaje que se cobija en su propia soledad, el único consuelo para el inmenso odio que le provoca todo factor de su mediocre vida incluyendo a su propia persona y sus semejantes. Quien ama la vida ama sus componentes, pero para quien ya no le encuentra un sentido exacto a ella se convierte en insustancial y abstracta, donde los demás se transforman en efímeros y lejanos, y lo material absurdo. Le arde la ciudad dentro como la más ácida enfermedad al igual que los hilos que le sujetan tanto a ella como a él mismo. Se pudre su interior como ha sido previsto desde las alturas, permitiéndolo el añejo lobo derrotado por su propio peso, aún siendo consiente de ello. Dándose una decepción constante, ya que en algún momento creyó en su fuerza y diferencia entre el resto; una dulce quimera que no corresponde con la realidad actual. No nació en la familia ni en la época necesaria para cumplir sus sueños.


Ahora bien, la espera de la síntesis se cubre de incertidumbre y pesimismo, no en todas las revoluciones ha salido triunfante la justicia, hay ocasiones donde el lugar se cierne de destrucción y la sangre pasea con toda normalidad por las calles, admirando a su alrededor los escombros que en otros días formaron parte de un humano pleno.