jueves, 14 de enero de 2010

Frío abrazo

¿Hola? Despierta, despierta del sueño que surge cuando tus ojos están abiertos y se cumple cuando se cierran. Desenreda el cabello de tu nuca de la arboleda de la imaginación, que las gotas de rocío que resbalan por la tersa piel de cada hoja desnuda no es agua, más que veneno es, ácido que quema y agujerea desprendido de la lengua que tu boca seca implora. Retira tu cabeza de calavera de en medio de la carretera y lee otra vez la lección forjada en la tez con hierro ardiente. La vida, que dejó de respirar y en lugar expira con cortes de manga burlescos. Aún así buscas aire en el ataúd de tierra, pues parece que mi frío abrazo ya te sabe a poco, mas deseas encontrar luz allá fuera, donde el cielo es asfalto y el sol murió para tus ojos. A pesar de que la delgada mano de hielo empuja tu esqueleto al fondo, anexo al núcleo interno, deniegas de ella, aunque atrae el suave tacto del roce de la carne contra el fallecer.

Ya masoquista por tradición sufrirás de cualquier manera, debido a la cuerda hacia el exterior, ya que no es otra cosa que piel de cordero con tripas de serpiente. Siendo consciente de cuanto venera tu inconsciencia lo imposible, como se aleja de lo fácil para sumergirse en la impotencia, así pues, cruzas el cielo pretendiendo flotar cuando solo eres suicida disponiendo a morir por su propia doctrina. Qué más dará, el final se cierne en todos los caminos, no obstante, algunos con forma circular empezaron ya con este. Tú, solo brisa que bailas atravesando mechones de su pelo asfixiando de aliento malsano a órganos anteriormente vitales, estrangula la escasa humanidad escondida en ti y afronta lo que eres, ser eternamente prescindible cuyo nacimiento fue innecesario.

Con ironía y decepción,
tu compañera, autocompasión.

1 comentario: