sábado, 5 de junio de 2010

La Feria



Se adentra la vista entreabierta y confusa frente el disparatado conjunto de luces que se vierten sobre el loco espacio. El tono indeciso se transforma de cálido a frío y de frío a cálido, tan irregular como su perteneciente lugar. Mas una melodía recorre disparatada, bailando juguetona y atrevida con las risas, gritos y aplausos. El gusto, el tacto y el olfato perdieron sentido, anonadados entre tanto gentío, entre el estrambótico ambiente que se cernía entre ellos.


Coronando la lisonjera de aquel paisaje lunático lucía encandilando la dulce noria. Competidora del apetitoso algodón de azúcar y cualquier caramelo de semblante apetecible y tonos llamativos. Coqueta gira siguiendo el trazo imaginario de las estrellas plasmadas tras ella y en lo alto la atenta mirada de la Luna, inmersa en la envidia y la autocompasión de su soledad. Quién osaba alojarse en ella sufría, gozaba, del delirio de que las agujas del reloj recorriesen horas que se mostraban remolonas en minutos. La velocidad subía al antojo del azar y el estómago extasiado no alcanzaba parar de reír. La luces fusionadas, emesis de colores, distorsionaban la vista... no obstante, no era molestia. Era alivio, era distracción, era órgano vital de La Feria.


Llegando al pequeño circo, vistoso en sus franjas rojas y blancas, se aguardaba dentro admirables héroes frente los inocentes ojos de niños, la atención de adultos y la añoranza de ancianos. Qué asombro desencadenaba entre el público aquellos curtidos músculos... venas y tendones empujando la piel, rojiza la frente y apretados los dientes del rudo caballero. Alzaba como breve pluma bloques de cemento y torcía como si fuesen goma barras de acero. Tras el asombro y la fascinación surgió una oscura figura, misteriosa y orgullosa, al ser descubierta por el indiscreto fulgor de los focos aparecieron de las sombras dos solemnes fieras, a cuál de las dos más temida, envueltas por el temor y la sorpresa de los presentes. Estas, sumisas y anestesiadas por la presencia de su señor, obedecían sin rugidos ni sublevación a su venerado domador. Por último, y no por ello menos importante, la llegada con movimiento sutil y ágil de los mellizos equilibristas. Pendientes del más fino hilo avanzaban uno sobre otro, como si se tratara de un liviano sendero, con gracia y la emoción de las gradas. Era la fortaleza, era la valentía, era el equilibrio... eran la sangre de La Feria.


Mas no todo en este paraje era alegría y elegancia. Se ocultaba alejada una pequeña sombría casa, divisada solo por los más curiosos, quienes eran atraídos por el morbo y la burla. En ella se exponían, como se expone una mariposa muerta con las alas clavadas sobre una tabla, aquellos seres, si así podían ser llamados, cuya suerte les había abandonado. Dejando como recuerdo deformaciones, una mueca ensombrecida por la desgracia que acarrean algunas diferencias... y lágrimas atragantadas al observar el gesto de desagrado y repugnancia de sus invitados. Era... era la enfermedad, el cáncer de La Feria.


Un corazón no es corazón sino bombea sangre en su interior, solo colmado con ella evitará ser sucio mecanismo de secos engranajes que más que latir tocen, que más que sentir razonan, que más que amar temen...

6 comentarios:

  1. No puedo, me corro demasiado=$ Lo que más me a gustado en sí es el texto:), Es genial!
    Me encanta como escribes, y sobre todo este.
    Sigue así!
    (LK)

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  2. " Y ahora, acérquense, damas y caballeros... una perversión de la naturaleza... la mujer, si se le puede llamar así, a la que Dios le dio la espalda..." y tu te lo creíste... ya te lo dije... la casa del terror se encuentra en obras... yo aprovecharé que la noria me tiene en lo más alto para romper su soledad, y en un despiste, robarle un beso a la Luna...

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  3. ¿Cómo no vas a pillar la idea del texto? Dios, los mios no son tan incomprensibles como los tuyos, yo soy complicadamente simple, tiene que verse desde lejos, y más cuando te he pedido ese tipo de canciones, a ver xD

    El tuyo, si que no lo entiendo, tal vez sea la idea de lo mágica que es una ferie y te detienes a examinar cada cosa, con esos detalles raros que pones tú, pero no sé, es una mala hipótesis. Si un día abren tu cerebro, quiero estar ahí, tiene que ser interesante e.e

    Y el texto se me ocurrio cuando tuve que esperar a una personas más de hora y pico en un banco =3 Y en realidad si te parabas a pensar, viendo a cada persona, ninguna realmente sabía a donde iba...

    (LLL)

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  4. La conclución es lo que más mola, me mola mucho, pero no pillo el mensaje que quieres enviar a través de ella, eres odiosa xDDD
    (L)

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  5. No sé muy bien qué comentarte.. tampoco sé si va a tener mucho sentido lo que te ponga y seguro que no será tan bonito ni alentador como otros comentarios xD.. pero no se me ocurre nada más.

    Todas las ferias tienen su parte mala, todas tienen algo que ocultar y eso no es malo, siempre y cuando no te consuma hasta el punto de convertirse en un problema. Mientras las feria no apague sus luces y se sienta agusto con lo que hace, nada se vuelve más importante.

    P.D: El último parrafito me mola muuy mucho ^.^.. Conclusión sencilla para todo un texto enrredado.. tan complicada como siempre xD

    (LLL)

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  6. Andrea, me encantó la última parte. Me recordó una frase muy bella de un profesor colombiano de danza llamado Álvaro Restrepo: "es tan espiritual nuestra sangre como corporal nuestra tristeza".
    Gracias por invitarme a leer tu blog.

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