
Danzaba lenta, sin prisas. Seductura, desnuda, supuse que sabía que la estaba observando... pero, aun así, continuó. Sujeta al discreto hilo gravitatorio del Sol y la Luna prosiguió. La piel se erizó y la sangre bombeó estremecida al sentir su frío tacto sobre mí. Húmeda y atrevida serpenteaba hacia mi débil figura, cuya sombra ya descansaba bajo su ombligo en la arena.Y clavó su mirada en mí como tan solo ella sabe hacerlo... como solo sabe la marea.
Retiré mi pie de la juguetona espuma, ante mi rechazo, esta descendió ofendida hacia los brazos de la orilla. Lo siento, si esperabas despertar en mí celos.
Basta. Si estaba ahí no era para entrelazar absurdos sueños derpierto, aunque no recuerdo porque mi mente optó rápida y convencida en acudir aquí. Tuvo que haber alguna razón. Todo, absolutamente todo, tiene algún sentido o significado. Los griegos lo llamaron Logos. El ordén está estrictamente comprometido con el Universo. Supongo que he llegado aquí recapacitando sobre mi vacío, aquella Luna llena que duerme en mi estómago cada noche. No comprendo: ¿Qué es lo que falla?. No logro encontrar argumento ni teoría que encaje con tal síntoma. Solo sé que siento que ya no sé nada... y el ser humano sin saber, es un cadáver que aún respira.
-Bonito atardecer este ¿verdad?. Oh, cierto... tal vez no esté atardeciendo. ¿Qué hora es? bah, déjalo, no contestes. Qué más da, tan solo son números. Una vida no está repleta de horas, días, semanas y meses ¿sabes?. ¿Puedes sentir las 3 menos cuarto? !No, claro que no¡ Nada que reciba nombre por la necesidad de ser definido o recordado forma parte de la vida. Aunque, no te confundas... muchas veces se les pone nombre inecesariamente a lo que realmente es necesario. En ocasiones, siempre hay algún estúpido crea-títulos que etiqueta, por ejemplo, al Amor como amor. Convencidos de sus conocimientos y habilidades astronómicos, políticos, literarios... Y lo que aún no han alcanzado a descubrir es que lo desconocen todo...
>>Pero, bueno, qué te voy a contar: tú estas aquí, en la playa, tendido sobre la cálida arena y gozando del dulce -aunque muchos digan salado- aroma del mar. Estás siendo consciente de la belleza que se expande partiendo de tus ojos hacia el horizonte, y sé que te gusta. Tú eres de los míos... Espera, ¿por qué me miras así? ¿A caso dudas de ello?. Bien, entiendo, aún te preguntas porque estás aquí. Supongo que buscas una respuesta, y ésta está en no hacerse preguntas tan obvias como esa. No castigues a tu cerebro por soñar despierto. Deja de razonar tus sueños y comienza a vivirlos. Porque aquello que compone a la vida tiene su lugar de origen en el instinto y en el subconsciente. El ser humano sin sentir es un cadáver que aún respira. Siempre has permanecido en esta playa. Y esta voz nunca existió, tan solo para tu cabeza... esta cabeza a la que recurres demasiado.
Marea, sí, despertaste celos en mí. La envidia acudió a mí al ver la gracia y libertad que derrochas fluyendo despreocupada, con el roce eterno del reflejo del cielo sobre ti.